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jueves, 5 de noviembre de 2015

PEQUEÑOS CIENTIFICOS LOGRARON ESTABLECER LA RELACION ASTRONÓMICA ENTRE LAS COLCAS DEL VALLE DE LLUTA Y LAS PLÉYADES

Como una experiencia enriquecedora desde todo punto de vista, fue definida por el equipo de pequeños científicos de sexto básico del “Colegio Adolfo Beyzaga”, conformado por Rubén Quispe, María Paz Ramírez, Natalia Bugueño, Constanza Torres y Benjamín Llanos, quienes resultaron ganadores a nivel de enseñanza básica, en el reciente certamen regional de ciencia organizado por Explora Conycit, en el que lograron precisar la relación astronómica entre las Colcas de Huaylacan (verdaderas despensas incaicas), ubicadas en el acceso al Valle de Lluta, y la constelación de estrellas denominada Pléyades. 

FUNDAMENTOS
Si bien el tema no está en los planes de estudios en carácter de oficial, los profesionales que respaldaron el trabajo de los pequeños  (los profesores Andrea Carrasco y Raúl Vásquez, junto a la arqueóloga Lilian Briceño) estimaron que era  muy atingente al contexto cultural de Arica, y de todo el norte del país, y muy ligado al potencial patrimonial que muchas veces no son tocados, de ahí  la apuesta a contribuir a este respecto.

Entre las temáticas abordadas, que fueron bastante difíciles para los menores de entre  11 y 12 años, se consideraron  conceptos abstractos entre las ciencias sociales,  ejercitaciones y simulaciones, reflexiones, la percepción del mundo proyectado a un pasado lejano, utilizando diversos instrumentales  que oferta la plataforma de Internet.

“Así,  los menores, se fueron  interiorizando, asimilando la temática, entendiendo que muchas decisiones que se adoptan tienen que ver con el entorno, ya sea en el presente o en el pasado, y en este caso, teniendo presente  la Cosmovisión Andina, y cómo el ser humano se involucró, con todo aquello que tuviera  que ver con su entorno”, expresó Briceño.

SIMULACIÓN DEL PASADO
La  hipótesis fue lograr identificar qué relación desde el punto de vista astronómico podían tener dichos vestigios y la constelación, y en torno a ello se trabajó, logrando identificar que ambas tenían ciertas características de formas y nombres, por lo que hubo de contextualizar como por ejemplo ¿Qué era la cosmovisión andina? ¿Qué grupo social estuvo? y ¿Quién creó  las colcas?.

“De esa   forma se viajó al pasado, por medio de la imaginación y recreando una comunidad local, que las construyó en el tiempo correspondiente a la presencia Inca  (siglo XVI) y que fueron utilizadas para contribuir con la mita del choclo, lo que permitió cruzar lineamientos, entre estos,  precisar que colcas se  llama a la arquitectura del sitio, y que además este nombre se le denomina  al grupo de estrellas, y ambos en el idioma quechua,  hacen referencia a aglutinamiento y almacenamiento”, agregó Briceño.

Por lo anterior establecieron nuevas semejanzas entre nombres y épocas, y en especial en el idioma quechua, el que era propio del incanato.

RELACIÓN ASTRONÓMICA

El paso siguiente fue precisar la relación de las formaciones en el suelo como en el cielo, para seguidamente revisar la disposición de esta formación estelar y su desplazamiento.

A lo anterior se sumó el catastro del total de colcas existentes en el sector de acceso al valle de LLuta, que  suman 400, y que sintomáticamente están aglutinadas en conjuntos, y que además  a nivel de la etnia aimara también son consignadas con el nombre de Q´utu, que es conjunto.

“Todo este panorama, los pequeños comenzaron a relacionarlos con la posición de las estrellas, para luego determinar bajo qué circunstancias se utilizaron estas formaciones en relación a las estrellas, observándose de que este grupo de estrellas era esperado alrededor del 24 de junio,  porque cuando aparecen en el firmamento, ( desaparecen de la visión alrededor de un mes) , y con su brillo se determina el año y cómo será el comportamiento climático, además de proyectar las siembras, y si estas se adelantaban o atrasaban”, concluyó Briceño.

Así, los pequeños lograron precisar indicadores en cuanto a los tiempos de cosechas, el nombre, el concepto, el periodo en que fueron construidas, dando un carácter arqueo astronómico al trabajo.

HALLAZGOS ARQUEO ASTRONÓMICOS

Para  Andrea Carrasco, profesora jefe de los pequeños, la experiencia permitió dilucidar la hipótesis planteada, “debido más que nada a la inquietud que ellos demostraron, y dando respuesta a las interrogantes que surgieron desde la literatura y salidas a terreno, tanto de día como de noche”.

“Se logró hacer una investigación muy rica, con estas experiencias de observación, en especial de estrellas, mediante  programas virtuales como el Google Eart y el Estelarium”, agregó la docente.

El pequeño Rubén Quispe, expresó que “fuimos al lugar y logramos establecer la relación de lo leído, investigado y aplicado, logrando precisar de que sí estaban ubicadas en la misma posición, por lo que creo estar convencido de que hemos aportado a la ciencia y dado un paso importante”.

En tanto la “experimentada” María Paz Ramírez, expresó que “el trabajo me interesó ya que había participado en una escuela de verano, en que tocamos este tema, además de ver cómo eran estas colcas, y vimos que son vestigios que no están lo suficientemente cuidado, por lo que además quisimos  llamar la atención, y creo que lo estamos haciendo”, expresó.

A su vez, la alumna Natalia Bugueño, agregó que “lo pasé muy  bien, ya que tras la salida a terreno, logramos construir una maqueta, que sintetiza lo aprendido y descubierto, en donde además hemos precisado de que las doce Pléyades más brillantes corresponderían a las colcas de mayor tamaño”.

El proyecto se desarrolló por espacio de dos meses, y permitió recabar información, para una posterior síntesis y la defensa del proyecto ante un gran jurado, logrando el 1er  lugar en el Área de las Ciencias Sociales a nivel de enseñanza básica.

Todo el equipo de investigadores hizo  el llamado a las autoridades, las universidades en su áreas respectivas de arqueología, astronomía y física, y a las entidades ligadas a preservar y a seguir estudiando el lugar, el que debe ser cuidado, haciendo el énfasis en  la propia comunidad y el sector empresarial, para que reconozcan su valor  y establezcan los lugares de desplazamiento vehicular  en otro sector, ya que vestigios de esta índole son únicos en todo el norte de Chile.


Nota por: Marcelo Aguilar (marcelo.aguilar.l@gmail.com)



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